Milei en modo campaña celebró los logros económicos, pero admitió que "muchos aún no lo perciben en su realidad"

En cadena nacional habló del presupuesto 2026 y de promesas de un futuro de prosperidad, siempre condicionado al “equilibrio fiscal”.

Nacionales16/09/2025
milei 2
Milei habló en cadena nacional

El presidente Javier Milei volvió a hablar por cadena nacional, esta vez para presentar el proyecto de Presupuesto 2026. Pero lo que se anunció como un mensaje institucional terminó teniendo más el tono de un discurso de campaña.

Llamó la atención, en primer lugar, la ausencia de insultos, una marca registrada en la retórica presidencial. Fue un Milei más moderado, con un guion cuidado y un discurso plagado de metáforas económicas, pero con un fuerte tinte electoral: la promesa de un futuro de prosperidad, siempre condicionado al respeto por el “equilibrio fiscal”.

El eje central de la exposición fue, otra vez, el superávit. “El equilibrio fiscal es la piedra angular de nuestro plan de gobierno y un principio no negociable”, repitió varias veces, como si se tratara de un dogma religioso. Milei buscó instalar la idea de que cualquier alternativa al ajuste es un retorno al infierno inflacionario, y presentó su receta como la única posible, sin matices ni puntos intermedios.

"Lo peor ya pasó"

Lo interesante es cómo el presidente construyó un relato de épica: el país como un edificio en construcción, los argentinos como héroes que ya pasaron “lo peor” y un futuro que promete tasas de crecimiento del 7 u 8% anual. El problema es que esas proyecciones suenan más a marketing político que a cálculo económico. Si bien puede entusiasmar, el “podio de las potencias mundiales en 30 años” se parece más a un eslogan electoral que a un plan de gobierno concreto.

Otro punto llamativo fue la forma en que intentó responder a las críticas por el ajuste: reconoció que “muchos aún no lo perciben en su realidad material”, pero insistió en que “el sacrificio valió la pena”. En otras palabras, justificó el costo social de sus políticas apelando a un futuro venturoso, un recurso clásico en tiempos de campaña.

El anuncio de mayores fondos para universidades, salud y jubilaciones buscó equilibrar el mensaje, mostrando que el ajuste no es incompatible con cierta sensibilidad social. Sin embargo, los aumentos prometidos -aunque por encima de la inflación proyectada- se contrastan con recortes previos y con un deterioro real en la calidad de vida de millones de argentinos.

La cadena nacional también fue una pieza política dirigida al Congreso. Milei reclamó apoyo legislativo para blindar su programa y dejó en claro que, si no se mantiene el rumbo, “todo el esfuerzo se tirará a la basura”. Ese mensaje, que mezcla advertencia y amenaza, muestra que el debate por el presupuesto será también un campo de batalla electoral.

Esta vez, el presidente eligió un tono menos confrontativo pero no menos político. Presentó el Presupuesto como un símbolo de su gestión y, al mismo tiempo, como plataforma para un nuevo período. Fue, en los hechos, un discurso de campaña disfrazado de institucionalidad, con promesas de grandeza futura y la misma idea central que sostiene desde el inicio: no hay otro camino que el suyo.

Te puede interesar
Lo más visto