Por primera vez en la historia, el Vaticano prepara los funerales de un expapa: Benedicto XVI continúa muy grave

Un martillo de oro, el testamento y exequias especiales hacen parte de los rituales que debe surtir el colegio cardenalicio para despedir a un Sumo Pontífice.

Mundo30/12/2022
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El Papa emérito Benedicto XVI está en grave estado de salud. Su situación médica fue confirmada por el mismo Sumo Pontífice, el Papa Francisco, y el delegado de comunicaciones del Vaticano informó que su condición es delicada, pero estable.

Es más, desde el miércoles Francisco pidió a la comunidad de la Iglesia católica –una de las instituciones más grandes del mundo– orar por el jerarca alemán que lleva casi diez años en retiro, después de haber renunciado a su papado en 2013.

Como lo confirmó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, “el Papa emérito logró descansar bien anoche, está absolutamente lúcido y vigil y hoy, aunque su condición permanece grave, la situación por el momento es estable”.

Justo por ese diagnóstico, Francisco volvió a invitar a los fieles “a rezar por él y a acompañarle en estas horas difíciles”. Y es que si bien el cuadro médico de Benedicto XVI solo incluye una enfermedad que afecta parte de su rostro, su avanzada edad (95 años) ha hecho que esté en constante vigilancia por parte de los doctores.

El vaticanista Hernán Olano explica que en el caso de la muerte del pontífice alemán, al tratarse de un Papa emérito, hay unos rituales de que se deben surtir no antes de cuatro días ni después de seis, para cuando debe surtirse el entierro.

La organización de las exequias es un proceso que corresponde al Colegio de Cardenales, al no ser que el difunto haya dispuesto algo distinto en su testamento. Por ejemplo, en el caso de Joseph Ratzinger ha trascendido que a él le gustaría que su descanso final se dé en su natal Alemania.

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Siempre que fallece un Papa debe citarse al cardenal Camarlengo para que lidere esa despedida. Actualmente ese cargo lo detenta Kevin Farrell, un sacerdote nacido en Irlanda que hizo buena parte de su carrera religiosa en Estados Unidos.

Pero Benedicto XVI tiene un padre de su entera confianza. Se trata del arzobispo Georg Gänswein, quien es su secretario personal y le ha acompañado en el proceso de su enfermedad en el monasterio Mater Ecclesiae.

Empero, “tiene que citarse al camarlengo para que adelante el ritual que consiste en coger un martillo de oro y preguntarle en tres ocasiones si está vivo”, detalla el vaticanista Olano. Si el enfermo no responde, el Cardenal Camerlengo pronuncia la frase en latín “vere Papa mortuus est” que significa “verdaderamente el Papa está muerto”.

A la habitación entran los médicos y cardenales cercanos para despedirse, mientras que los embalsamadores del Vaticano tienen permiso para ingresar al lugar únicamente para realizar una máscara con base a su rostro. Ese elemento tiene especial importancia porque será la el insumo para hacer figuras religiosas en nombre del fallecido para los fieles que deseen rendirle culto.

El Papá emérito se ha mantenido fuera del foco de los medios desde su renuncia en febrero de 2013, salvo en contadas ocasiones en las que recibió a su sucesor, Francisco, en el monasterio. Este diciembre recibió también a los ganadores del Premio Ratzinger que se entrega cada año a los estudiosos de la Teología más destacados.

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